domingo, 23 de noviembre de 2014

"La flor"

La última clase del Módulo I fue una transición de la asignatura al Módulo II en el que se trata principalmente el concepto de apego. Comenzamos el módulo con una serie de preguntas fundamentales para una evaluación inicial. En ellas, nosotras observamos que pueden hacer referencia al grado de dependencia que tenemos hacia ciertas personas. Esto dio lugar a que la siguiente sesión se basara en el sistema de apego. También vimos que no hay que incidir en tener o no apego, sino en el estilo de apego y cómo afecta este a nuestras relaciones.

Recordamos que el apego es el vínculo que se genera entre el niño con sus personas más cercanas con el fin de conseguir seguridad, protección y cariño tanto físico como psicológico. Una vez definido este concepto, vimos que los componentes del sistema de apego son las conductas de apego, que es lo que hacemos para mantener el vínculo;  el modelo mental, que es lo que pensamos para mantener el apego (recuerdos, expectativas sobre la figura del cuidador, etc); y por último, los sentimientos y emociones que se producen entre las dos personas que forman el vínculo.  Esto lo podemos relacionar con el concepto de constructivismo que vimos en el primer módulo, ya que según las bases de ese primer vínculo que nosotros formamos con nuestras personas más cercanas así será nuestro carácter  y modo de actuación en nuestras futuras relaciones (lo que ocurre al principio condiciona el final).

Nos damos cuenta que para explicar las características del sistema de apego utilizamos sus componentes de manera que, primero, comenzamos recordando y generando unas expectativas sobre nuestro cuidador, esto construye unas emociones y por tanto, la sensación de seguridad y cariño se verán condicionadas por los dos componentes anteriores. Esto nos recuerda al paradigma del principio ortogenético, ya que primero nos fijamos en lo general (las expectativas que nosotros mismos creamos de nuestro cuidador) para ir centrándonos después en lo más específico (las emociones que creamos a partir de estas expectativas)
El sistema de apego presenta una serie de etapas. La primera de ellas es el preapego o la sensibilidad indiscriminada, que se da desde el nacimiento hasta los dos meses; el segundo es el apego en formación, que se da a partir de los 2 meses hasta los 7; la tercera etapa es el apego definido, que parte de los 7 meses hasta los 24; y por último, los apegos múltiples e independizados, que se dan desde los 24 meses en adelante. Estas etapas nos a  recuerdan a lo que dimos en Filosofía de los estadios que marca Kholberg sobre el desarrollo.

Para evaluar el apego infantil, se debe de poner en marcha el sistema. Una vez iniciado, puede dar lugar a etapas de estrés o incomodidad tanto en el cuidador como en el niño. Estas conductas de apego tienen como función mantener la proximidad y el contacto con la figura de apego. Para que sea posible la evaluación es necesario cierto nivel de observación como pudimos ver en el vídeo que se expuso en clase.
Después pasamos a ver los tipos de apego, que vimos que son dos: el apego seguro y el inseguro. Dentro de este último, podemos distinguir cuatro tipos: el apego inseguro-evitativo o evasivo, el apego inseguro-ambivalente o rebelde, y el apego inseguro-desorganizado.

Después de ver todos estos conceptos la profesora no entregó un cuestionario para medir el tipo de apego que tenemos. A partir de esto, y después de corregirlo, nos pusimos por grupos dependiendo del apego que cada uno tenía. Nos dimos cuenta que había gente que encajaba perfectamente en un estilo de apego concreto mientras que otra obtenía resultados que no daban una decisión concreta.
Vimos también algunas pistas sobre los cuidadores. Los cuidadores de los niños con apego seguro, los cuidadores de bebés con apego inseguro evitativo, los cuidadores de bebés con apego inseguro ambivalente o rebelde y los cuidadores de niños con apego inseguro desorganizado. Esto nos lleva a pensar en cómo podemos influir nosotros como cuidadores y personas cercanas a niños pequeños en su estilo de apego y a la hora de relacionarse con los demás.

Como conclusión, el tema del apego vemos que no depende del propio individuo, sino del ambiente y las personas que le rodean. Vemos la importancia que juegan estos factores a la hora de que ese futura persona adulta se relacione con los demás y como responderá a los estímulos que la sociedad le estará emitiendo constantemente (proceso de feedback y feedforward).

Según Claudia: Al escribir esta reflexión se me ha ocurrido la metáfora de la flor, que dependiendo de la persona que la cuide y el ambiente en el que crezca vivirá de una manera u otra. Aunque es un tanto melancólica y a lo mejor no tiene mucho que ver , adjunto esta canción que me puede recordar a una persona que tiene un estilo de apego seguro, que a pesar de los problemas de desenvolverse en la ciudad, ‘las estrellas siempre la pillan soñando’

REALIZADO POR:

Raquel
Daniela
Claudia

Grupo A1

1 comentario:

  1. Hola a todas,

    Buen apunte el que hacéis cuando habláis del constructivismo, aunque creo que cuando desarrolláis la idea estáis hablando de algo específico sobre lo que también trabajamos (eso de cómo las condiciones iniciales influyen en posterior evolución… ¿sabéis a qué me refiero?).

    Mmmm, vale, he ido comentando mientras os leía, y en el siguiente párrafo vais un poco hacia donde yo iba.

    En cuanto a vuestra conexión con Kohlberg, la interpreto como dos modelos que van aportando distinciones que ocurren en diferentes etapas. Ahora que hemos estado conociendo a Piaget, supongo que sí encontraréis más conexiones, pues ambos autores, de fondo, están haciendo lo mismo, ofrecer un modelo explicativo que nos ayude a entender el desarrollo humano, aunque lo hagan priorizando diferentes aspectos (Piaget más el aspecto cognitivo y Kohlberg más el aspecto moral).

    Planteáis una idea fundamental a la hora de entender el desarrollo, y es el que los individuos estamos inmersos en un contexto, por lo que no se puede entender al primero sin entender al segundo. Más bien, lo interesantes sería explorar a ambos a partir de su relaciones. En ese punto los procesos de feedforward y feedback (y los procesos de asimilación y acomodación que ahora ya conocéis) que mencionáis son claves.

    La metáfora de la flor… muy pertinente. Conecta de lleno con una metáfora muy común cuando hablamos de procesos de enseñanza-aprendizaje (al fin y al cabo aprendizaje y desarrollo van de la mano, comenzamos a ver algo sobre esto cuando introdujimos a Vygotsky en la última sesión): la del jardinero o agricultor – alguien que puede generar las condiciones para que algo emerja. Veréis una gran diferencia a la metáfora de alguien que hecha gasolina al depósito de un coche, como si aprender o desarrollarse consistiera en “llenar” algo que está “vacío”.

    ¡Gracias por la canción!

    Muy buen post.

    Un saludo.

    Gloria.

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