La última clase del
Módulo I fue una transición de la asignatura al Módulo II en el que se trata
principalmente el concepto de apego. Comenzamos el módulo con una serie de
preguntas fundamentales para una evaluación inicial. En ellas, nosotras
observamos que pueden hacer referencia al grado de dependencia que tenemos
hacia ciertas personas. Esto dio lugar a que la siguiente sesión se basara en
el sistema de apego. También vimos que no hay que incidir en tener o no apego,
sino en el estilo de apego y cómo afecta este a nuestras relaciones.
Recordamos que el
apego es el vínculo que se genera entre el niño con sus personas más cercanas
con el fin de conseguir seguridad, protección y cariño tanto físico como
psicológico. Una vez definido este concepto, vimos que los componentes del
sistema de apego son las conductas de apego, que es lo que hacemos para
mantener el vínculo; el modelo mental,
que es lo que pensamos para mantener el apego (recuerdos, expectativas sobre la
figura del cuidador, etc); y por último, los sentimientos y emociones que se
producen entre las dos personas que forman el vínculo. Esto lo podemos relacionar con el concepto de
constructivismo que vimos en el primer módulo, ya que según las bases de ese
primer vínculo que nosotros formamos con nuestras personas más cercanas así
será nuestro carácter y modo de
actuación en nuestras futuras relaciones (lo que ocurre al principio condiciona
el final).
Nos damos cuenta
que para explicar las características del sistema de apego utilizamos sus
componentes de manera que, primero, comenzamos recordando y generando unas
expectativas sobre nuestro cuidador, esto construye unas emociones y por tanto,
la sensación de seguridad y cariño se verán condicionadas por los dos
componentes anteriores. Esto nos recuerda al paradigma del principio
ortogenético, ya que primero nos fijamos en lo general (las expectativas que
nosotros mismos creamos de nuestro cuidador) para ir centrándonos después en lo
más específico (las emociones que creamos a partir de estas expectativas)
El sistema de apego
presenta una serie de etapas. La primera de ellas es el preapego o la
sensibilidad indiscriminada, que se da desde el nacimiento hasta los dos meses;
el segundo es el apego en formación, que se da a partir de los 2 meses hasta
los 7; la tercera etapa es el apego definido, que parte de los 7 meses hasta
los 24; y por último, los apegos múltiples e independizados, que se dan desde
los 24 meses en adelante. Estas etapas nos a recuerdan a lo que dimos en Filosofía de los
estadios que marca Kholberg sobre el desarrollo.
Para evaluar el
apego infantil, se debe de poner en marcha el sistema. Una vez iniciado, puede
dar lugar a etapas de estrés o incomodidad tanto en el cuidador como en el
niño. Estas conductas de apego tienen como función mantener la proximidad y el
contacto con la figura de apego. Para que sea posible la evaluación es
necesario cierto nivel de observación como pudimos ver en el vídeo que se
expuso en clase.
Después pasamos a
ver los tipos de apego, que vimos que son dos: el apego seguro y el inseguro.
Dentro de este último, podemos distinguir cuatro tipos: el apego inseguro-evitativo o evasivo, el apego inseguro-ambivalente o
rebelde, y el apego inseguro-desorganizado.
Después de ver
todos estos conceptos la profesora no entregó un cuestionario para medir el
tipo de apego que tenemos. A partir de esto, y después de corregirlo, nos
pusimos por grupos dependiendo del apego que cada uno tenía. Nos dimos cuenta
que había gente que encajaba perfectamente en un estilo de apego concreto
mientras que otra obtenía resultados que no daban una decisión concreta.
Vimos también
algunas pistas sobre los cuidadores. Los cuidadores de los niños con apego
seguro, los cuidadores de bebés con apego inseguro evitativo, los cuidadores de
bebés con apego inseguro ambivalente o rebelde y los cuidadores de niños con
apego inseguro desorganizado. Esto nos lleva a pensar en cómo podemos influir
nosotros como cuidadores y personas cercanas a niños pequeños en su estilo de
apego y a la hora de relacionarse con los demás.
Como conclusión, el
tema del apego vemos que no depende del propio individuo, sino del ambiente y
las personas que le rodean. Vemos la importancia que juegan estos factores a la
hora de que ese futura persona adulta se relacione con los demás y como responderá
a los estímulos que la sociedad le estará emitiendo constantemente (proceso de
feedback y feedforward).
Según Claudia: Al
escribir esta reflexión se me ha ocurrido la metáfora de la flor, que
dependiendo de la persona que la cuide y el ambiente en el que crezca vivirá de
una manera u otra. Aunque es un tanto melancólica y a lo mejor no tiene mucho
que ver , adjunto esta canción que me puede recordar a una persona que tiene un
estilo de apego seguro, que a pesar de los problemas de desenvolverse en la
ciudad, ‘las estrellas siempre la pillan soñando’
REALIZADO POR:
Raquel
Daniela
Claudia
Hola a todas,
ResponderEliminarBuen apunte el que hacéis cuando habláis del constructivismo, aunque creo que cuando desarrolláis la idea estáis hablando de algo específico sobre lo que también trabajamos (eso de cómo las condiciones iniciales influyen en posterior evolución… ¿sabéis a qué me refiero?).
Mmmm, vale, he ido comentando mientras os leía, y en el siguiente párrafo vais un poco hacia donde yo iba.
En cuanto a vuestra conexión con Kohlberg, la interpreto como dos modelos que van aportando distinciones que ocurren en diferentes etapas. Ahora que hemos estado conociendo a Piaget, supongo que sí encontraréis más conexiones, pues ambos autores, de fondo, están haciendo lo mismo, ofrecer un modelo explicativo que nos ayude a entender el desarrollo humano, aunque lo hagan priorizando diferentes aspectos (Piaget más el aspecto cognitivo y Kohlberg más el aspecto moral).
Planteáis una idea fundamental a la hora de entender el desarrollo, y es el que los individuos estamos inmersos en un contexto, por lo que no se puede entender al primero sin entender al segundo. Más bien, lo interesantes sería explorar a ambos a partir de su relaciones. En ese punto los procesos de feedforward y feedback (y los procesos de asimilación y acomodación que ahora ya conocéis) que mencionáis son claves.
La metáfora de la flor… muy pertinente. Conecta de lleno con una metáfora muy común cuando hablamos de procesos de enseñanza-aprendizaje (al fin y al cabo aprendizaje y desarrollo van de la mano, comenzamos a ver algo sobre esto cuando introdujimos a Vygotsky en la última sesión): la del jardinero o agricultor – alguien que puede generar las condiciones para que algo emerja. Veréis una gran diferencia a la metáfora de alguien que hecha gasolina al depósito de un coche, como si aprender o desarrollarse consistiera en “llenar” algo que está “vacío”.
¡Gracias por la canción!
Muy buen post.
Un saludo.
Gloria.