viernes, 7 de noviembre de 2014

CONFORTABLE



El video que se muestra más abajo se refiere a un experimento realizado con 50 personas, entre ellas niños y adultos. A todas se les hace la misma pregunta: “¿si pudieras cambiar cualquier cosa de vuestro cuerpo, que cambiarías?”. Seguro que en este momento todo lector está pensando en esa parte del cuerpo que nunca le ha gustado o le gustaría mejorar. Pero ¿todos daremos el mismo tipo de respuesta? Veamos el video y observemos las diferencias:



Como hemos visto había una clara diferencia entre las respuestas, de tal forma que podríamos agrupar estas respuestas en cuatro grandes grupos: infancia, niñez, adolescencia y adultez y, por último, vejez. Pasemos a analizar cada caso por separado:

La niña más pequeña (la primera en sentarse en la silla) pertenecería al grupo de la infancia. A esta niña no se le ocurre nada que pueda cambiar de su cuerpo y, en todo caso, nos hace entender con su gesto final que le gustaría ser muy fuerte. Quizá porque es típico decir a los niños que tienen que comer bien para crecer fuertes y sanos.
El resto de niños pertenecerían al grupo de la niñez. Todos ellos sueñan con imposibles del mundo real, deseando colas de sirena, oídos puntiagudos, alas para volar, tele-transportación, boca de tiburón o piernas de chita.

El grupo de adolescencia y adultez, sin embargo, responde con soluciones físicas para su cuerpo (frente más pequeña, orejas más pequeñas, cara más gordita…). En la mayoría de casos estas respuestas están propiciadas por las críticas que reciben o recibieron de otras personas.
Por último, el grupo de vejez se conforma con su cuerpo tal y como es e inclusive está entusiasmado con él.

Entonces… ¿A qué se deben estas diferencias? Según la Trayectoria Evolutiva, se espera que en determinados momentos vitales ocurran determinadas cosas, es decir, ocurrirán diferentes transformaciones en nuestro modo de pensar y actuar. A su vez, estos grandes cambios pasarán a denominarse cambios cualitativos. Estos se producen, sobre todo, entre la infancia y la niñez, la niñez y la adolescencia-adultez, y entre la adolescencia-adultez y la vejez.

En infancia el nivel de complejidad de la conciencia es muy bajo por lo que podríamos representarla más bien por la acción. Es por ello que en el primer grupo la niña nos representa su deseo mediante la acción y no la palabra.
En la niñez su nivel de complejidad de la consciencia es un poco mayor por lo que permite realizar representaciones, es decir, los niños pueden imaginar cosas, como las que responden en este experimento.

En la adolescencia y adultez el nivel de complejidad aumenta considerablemente permitiéndonos realizar abstracciones de aquello que nos rodea. Esto nos permite reconocer las opiniones de los demás y construir nuestros propios sentimientos y significados, por lo que también nos hace más vulnerables en cuanto a la influencia que podamos recibir de otras personas. Es por ello que, como decía, la mayoría de personas encuadradas en este grupo basan sus respuestas en sus experiencias traumáticas previas con respecto a las cualidades de su cuerpo.

La vejez es un tema que hemos tocado muy de soslayo en la asignatura, aunque recuerdo la gráfica que nos enseñó Alejandro en la que se hacía un experimento preguntando a ciudadanos de diversas edades qué era más importante para estas personas en su vida, en la que las variables que se evaluaban era familia, amigos, salud, amor, escuela y reflexión. Al inicio de la vejez, las personas habían pasado ya por su punto máximo de reflexión por lo que entiendo que su capacidad para la auto-aceptación será mayor que en el resto de grupos de edad, y quizá por ello la mujer que representa esta etapa vital en el video está verdaderamente conforme con su cuerpo.
Espero que hayáis disfrutado de esta publicación y os animéis a añadir nuevas ideas ;)

IRIS TEJÓN



3 comentarios:

  1. Hola Iris,

    muy buen post. Gracias por inaugurar la ´sección de participación espontánea´ del blog ;) Creo que el vídeo que planteas es un buen ejemplo de diferencias entres distintas etapas evolutivas. Las diferentes respuestas nos conectan con distinta maneras de dar sentido al mundo: ¿Qué es relevante para mí en cada momento? ¿Qué me preocupa? Y de fondo a esto: ¿Qué puedo yo ´ver´ en cada momento? ¿sobre qué puedo ´operar´? (en conexión con la cita que rescatábamos el otro día en clase: "you can´t change what you can´t see" - Intentaremos retomar estas cuestiones hacia el final de la asignatura).

    Los ejemplos de cómo niños y niñas de diferentes edades definían el concepto de ´líder´ (que vimos en conexión al modelo de desarrollo de Fischer) pretendían ser otra ejemplificación de lo que tú planteas.

    Un saludo.

    Gloria.

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  2. Hola!

    Yo también me alegro de haber tenido un hueco para publicar este post. No sé si podré tener tiempo para publicar otro aunque de momento la experiencia ha sido buena y es probable que ello me anime para una próxima vez.

    Efectivamente, con este video quería mostrar esas diferentes maneras que tenemos de dar sentido al mundo según nuestra edad y las capacidades que tenemos para ello. Por ejemplo, estoy segura de que mi alumna con síndrome de Asperger no ve el mundo y no puede operar sobre él igual que cualquier chica de su edad (19 años), sin embargo eso no quiere decir que no se esté desarrollando o que no evolucione. De hecho, yo he notado grandes cambios en ella desde que la conozco.

    Este vídeo llegó a mi de manera casual a través de internet y la primera conexión que hice fue con la del ejemplo del concepto de 'lider'. Por eso me pareció tan interesante mostrarlo en este blog. En un primer momento pensé en comentar esta conexión pero luego lo consideré demasiado obvio para hacerlo. Quizá fue un error por mi parte.

    Un saludo,

    IRIS.

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  3. Hola de nuevo, Iris,

    para nada. Quizá yo explicitándolo caí en algo demasiado obvio ;) Nunca se sabe las conexiones que cada uno puede hacer (tú, yo, los potenciales lectores de este post y sus comentarios...), ni cuando explicitar una conexión puede facilitar que otros exploren esa conexión o ´frenar´ una posible conexión espontánea (y el placer que produce).

    Encontrar huecos creo que se relaciona, en parte, con para qué sean esos huecos, con si lo que hacemos en ellos es significativo para nosotros. Yo por ejemplo hacía bastante que no escribía en mi blog y la semana pasada estuve cuatro horas ante la pantalla elaborando algo. ¿Qué podía haber pasado antes, cuando no escribía? ¿nada significativo? ¿u otras cosas?

    Buen apunte el que planteas en relación a tu alumna. Estás sensibilizándote a sus cambios, en su contexto, más allá de compararla con estándares que en muchas ocasiones limitan.

    Gracias por comentar.

    Un saludo.

    Gloria.

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